El ser humano no nace con el sentido de la vista totalmente
desarrollado, sino que su capacidad visual mejora progresivamente durante los
primeros años vida, a medida que su corteza visual va madurando hasta ser capaz
de recibir todos los estímulos apropiados. Su agudeza visual irá en progreso
desde el nacimiento hasta los 6 u 8 años. A los 3 años aproximadamente alcanza
un 50% de su capacidad, y si el desarrollo visual es normal y no existe ninguna
patología de base, a los 6-8 años el niño ya debería haber alcanzado el 100% de
su agudeza visual.

No siempre es fácil darnos cuenta de que un niño o una niña sufre
algún tipo de anomalía en sus facultades visuales, esto se debe a que el
pequeño no suele ser consciente de que ve mal.
Por ello, debemos estar atentos con la visión de los niños,
tratando de detectar una serie de síntomas que nos pueden poner sobre la pista
de que nuestro hijo o hija, el pequeño que tenemos a nuestro cargo o nuestro
alumno si somos profesores, pueda tener algún tipo de déficit visual.
Factores que pueden ser indicativos de un problema visual
Entre 0-2 años:
- A las 6 semanas el bebé aún no es capaz de seguir una cara con los ojos ni reacciona a expresiones faciales
- A los 2 ó 3 meses no sigue con la mirada un objeto brillante
- A los 6 meses aún no es capaz de perseguir objetos con la mirada ni de alcanzarlos
- Hace movimientos extraños con los ojos
- Tenemos la impresión de que sus ojos no se encuentran bien alineados
- Se frota los ojos con mucha frecuencia
- Tiene uno o los dos párpados caídos
- Muestra una sensibilidad extrema a la luz
- Presenta una mancha blanquecina en el área pupilar
Entre 2-4 años:
- Tuerce o desvía uno o los dos ojos
- Se acerca mucho al televisor o a los objetos
- Se frota mucho los ojos
- Guiña o entrecierra frecuentemente uno o los dos ojos
- Se queja de visión borrosa
- Refiere dolor de cabeza con frecuencia
Entre 4-6 años:
- Presenta problemas en el aprendizaje de la lectura y/o la escritura
- Se acerca mucho al papel o tuerce la cabeza al leer o escribir
- Se ayuda de los dedos para seguir los renglones cuando lee
- Confunde letras y palabras
- Le cuesta seguir las indicaciones de la pizarra
Síntomas que se pueden dar en todas las edades:
- El niño o niña no identifica adecuadamente a los familiares o conocidos a distancias largas
- No le llaman la atención los objetos lejanos
- Se acerca mucho a los objetos o se los acerca a la cara
- Desvía uno o los dos ojos
- Se frota los ojos a menudo
- Presenta dificultades para mantener los ojos abiertos
- Inclina la cabeza para observar mejor
- Se queja a menudo de dolor de cabeza o visión borrosa
- Hipersensibilidad a la luz
- Mala adaptación a la oscuridad
Ahora bien, los problemas visuales más frecuentes en niños son
básicamente tres: defectos de refracción, que a su vez se subdividen en tres
más: miopía, hipermetropía y astigmatismo (sobre los cuales hablamos en una
entrada anterior, puedes verla haciendo click aquí); estrabismo infantil y
ambliopía u ojo vago.
Estrabismo infantil
Consiste en una pérdida del paralelismo de los ojos, de manera que
uno mira en una dirección y el otro en otra. En ocasiones, la desviación se
produce en su solo ojo, pero también se dan casos en que la anomalía se
manifiesta de forma alternante: a veces el niño desvía la mirada de un ojo,
mientras que en otras ocasiones el problema se traslada al contrario.
Es importante detectar y corregir este problema cuanto antes para
evitar tanto problemas de autoestima en los niños, como dificultades visuales.
Ojo vago
Uno de los ojos se vuelve dominante e impide al otro desarrollarse
normalmente.
El principal problema es que es difícil de detectar. Las señales
de alerta son comunes a muchos problemas visuales: acercarse demasiado a los
objetos, entornar los ojos, dolores de cabeza, inclinar demasiado la cabeza al
leer o escribir, etc.
Si sabes de un niño o niña que presente los síntomas que te
mostramos anteriormente (ya sea tu hijo, hija, sobrino, alumno en caso de
profesores, etc.), te invitamos a traerlo a ÖÖKULL
(a partir de los 6 años, menores de 6 años recomendable acudir a consulta de oftalmología pediatra) para hacerle un examen de la vista y en caso de ser necesario adaptarle lente
vayan de acuerdo a sus necesidades (uso rudo, flexibles, con capa
antireflejante, para ambliopía, etc.); recomendamos
ampliamente realizar un examen de la vista una vez que el niño o niña cumpla
los 6 años, ya que a esa edad generalmente inician con sus estudios en la
primaria, para que, en caso de presentar algún déficit en su agudeza visual sea
corregido y no afecte su desempeño escolar.
¡Esperamos
haber resuelto tus dudas! Si tienes alguna otra duda o
comentario, háznoslo saber, al igual si te gustaría ver algún tema publicado en
este blog, recuerda que se hizo pensando en ti. ¡Ten un excelente día!
